La obtención de valores precisos para la resistencia de los macizos rocosos requiere una comprensión de las propiedades de la roca intacta y de las estructuras presentes en cada unidad geotécnica, además del estado de esfuerzos in situ. Para estimar la resistencia del macizo rocoso, Itasca utiliza toda la gama de enfoques de ingeniería, incluyendo esquemas analíticos, empíricos y numéricos.
Itasca también ha sido pionero en técnicas innovadoras como el macizo rocoso sintético (SRM) para la predicción de la fragmentación primaria y REBOP para la predicción de la fragmentación secundaria. El método SRM tiene una capacidad única para tomar en cuenta explícitamente en la fragmentación del macizo el impacto de las fracturas existentes (diaclasas o vetillas), así como el crecimiento de nuevas fracturas. En esta técnica, se desarrollan redes de fracturas discretas (DFN) para describir la geometría de la red de fracturas in situ en función de datos de frecuencia, orientación y longitud de traza disponibles. Las propiedades de las fracturas se establecen a partir de ensayos de laboratorio y/o relaciones empíricas de rigidez y resistencia (es decir, basadas en la rugosidad, alteración y ondulación registradas y/o mapeadas). Las DFN simuladas se incorporan luego en modelos tridimensionales de partículas/bloques unidos que representan muestras de roca “intacta”. En el caso de minería por hundimiento, estas muestras virtuales son deformadas tensionalmente para simular el proceso de fragmentación primaria en función de los esfuerzos esperables en el proceso de crecimiento de las cavidades. Dichas pruebas virtuales se pueden realizar a escalas mucho más grandes que las pruebas reales de laboratorio, yendo desde metros hasta cientos de metros en escala. Los resultados de este tipo de ensayos virtuales se presentan usualmente en forma de gráficos de distribución de tamaños y volúmenes de fragmentos y modelos de bloques tridimensionales respecto de la fragmentación primaria esperada.